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Lima 
Asuntos Estratégicos


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Por Oswaldo Carpio Villegas. Las elecciones pueden ser evaluadas desde distintos ángulos. Uno de ellos es el interés estratégico de los candidatos a la presidencia en el 2016 que se ubican entregando el mando en el Bicentenario de la Independencia del Perú el 28 de julio del 2021. Desde ese mirada el ganador es el PAP y Alan García porque logró su objetivo: su acuerdo con Alex Kouri de Chim Pum Callao y Luis Castañeda de Solidaridad Nacional consiguieron triunfos contundentes en la megalópolis donde se concentra más de un tercio del electorado peruano. El paso siguiente de Alan García ha sido convocar la creación de un Frente Social. La misma estrategia que resultó exitosa en el pasado. Entonces, desde el punto de vista de la estrategia de ganar las elecciones del 2016, el ganador es Alan García porque sus acuerdos y sus objetivos fueron victoriosos. A ello se suma el relativo éxito de Enrique Cornejo que pese a no ser el candidato de Alan García terminó en segundo lugar con 18% de votos convirtiéndose en el gran animador de las elecciones con propuestas consistentes, fundamentadas y razonables sobre los problemas y las soluciones a los grandes desafíos de la ciudad. Sumados abarcan alrededor del 70% de los votos en Lima y el éxito contundente en el Callao.

En Lima los otros partidos obtuvieron severas derrotas. Algunos estratégicas y otros tácticas pero que les han servido para organizar a sus partidos, entrenar a sus cuadros y proyectarse en una campaña con la mirada puesta en el 2016. Las derrotas pueden ser el camino para corregir errores y realizar cambios estratégicos.

Otro ángulo de análisis es el de las estrategias electorales. Podemos afirmar que esta campaña ha sido interesante en cuanto que el equipo de campaña de Luis Castañeda tuvo una estrategia que mantuvo desde el comienzo hasta el final de la campaña, en medio de la cual realizó algunas correcciones que le permitieron corregir errores y ganar ampliamente. Tal estrategia se vio facilitada por la polarización establecida por Diálogo Vecinal de Susana Villarán, funcional a la estrategia de Luis Castañeda que capitalizó fácilmente los errores de su competidora. Administró sus silencios y reaccionó en momentos precisos. A mayores errores de Susana Villarán más crecimiento de Castañeda que se acrecentó por los graves errores del final de la campaña de Diálogo Vecinal y el impulso del llamado “Corredor Azul” que terminaron de hundir a sus candidatos distritales.

Los demás aspirantes lejos de elevarse al nivel de estadistas de la ciudad aplicaron un pre-marketing político rústico en el que jugaron el ridículo papel de cantantes y bailarines, auto-denigrándose y rebajando su carácter, personalidad y perfil político. La posibilidad de que alguien capitalizara la polarización entre Susana Villarán y Luis Castañeda fue desaprovechada. Enrique Cornejo pese al rechazo al PAP en la ciudad de Lima, capitalizó esa ausencia de liderazgo; sin embargo, pudo haber capitalizado mejor esa polarización. Cornejo recién tomó conciencia de esa posibilidad a pocas semanas del 5 de octubre. Los electores buscaban una tercer camino y lo encontraron en Cornejo. Los candidatos perdedores no entendieron nada de este proceso electoral. Una duda se cierne sobre el candidato que afirmaba ser cercano a PPK. Es posible que en medio de la campaña se haya acercado a su mentor Alex Kouri y por ello su campaña se deslizara a hacerse popular, atacar a Susana Villarán y dejar de jugar un papel estratégico con el fin de ganar las elecciones.

Terminada la campaña es preciso examinar los grandes desafíos que enfrenta Lima. Se trata de cómo recuperar el tiempo perdido y avanzar a ubicar a la capital como una de las grandes ciudades de América del Sur con la mirada en el objetivo de convertirla en una de las mejores del mundo.

Los desafíos implican entender a los actores sociales que han logrado cambiar buena parte del rostro de la ciudad transformando espacios urbanos marginales que son hoy emporios de progreso y riqueza.

Lima es la gran ciudad de los emprendedores. Los jóvenes y los ciudadanos de mediana edad se caracterizan, en su mayoría, por su capacidad para emprender todos los desafíos posibles. Lima es una ciudad de gente que lucha por el progreso, que sale a las calles a “ganarse la vida”, que inventa negocios, emprendimientos en todo tipo de actividades que van desde la tecnología de punta hasta la gastronomía. En Lima se producen bienes de exportación y se ofrecen productos y servicios al turismo que crece consistentemente año a tras año.

Los emprendedores son la gran fuerza que hay que movilizar, apoyar y a la que hay que facilitarle sus emprendimientos, reduciendo los obstáculos para su ingreso al mercado, apoyando su formalización.

Los emprendedores forman parte del ejército de nuevos limeños que han crecido en Lima Emergente y que mueven miles de millones de soles, mucho más de lo que se mueve en Lima tradicional, razón por la cual las grandes empresas a puesto sus ojos en esta nueva clase media y en los sectores ricos de la nueva Lima.

Apoyar a los emprendedores-nuevos limeños debe ser la filosofía del nuevo gobierno de Lima. Eso implica superar viejos errores y crear un Gobierno democrático, transparente, concertador y abierto a los ciudadanos. La época de los gobiernos autoritarios, encerrados en si mismos y con propuestas sólo de corto plazo esta condenada al fracaso. Lima requiere un gobierno moderno que establezca una gobernanza sustentada en una gran capacidad técnica y democrática, funcionarios competitivos y experimentados que actúen con transparencia en la solución de los grandes problemas. Lima requiere recuperar el tiempo perdido. Se trata de un tema de velocidad, competitividad, eficiencia, eficacia y resultados. Comunicación, diálogo, concertación, planes conjuntos con el Gobierno Nacional, el Callao, los alcaldes distritales y los ciudadanos. Esa es una de las claves para fortalecer la gobernabilidad que es un asunto fundamental. Un Gobierno fuerte, concertador, dialogante y abierto a las inversiones, que juega con transparencia es fundamental para la capital, modelo que se puede replicar en el país.

Lima tiene que competir con las ciudades de los países Andinos y de América Latina que le han sacado larga ventaja. Ciudades que tienen una superior cultura ciudadana y han invertido en sistemas de transporte articuladas alrededor del Metro, los Trenes de Cercanía y los sistemas de autobuses que dejaron atrás los obsoletos y denigrantes sistemas de la guerra del centavo por el de la competencia por ganar la concesión y brindar un racional servicio en el que rutas, tiempo, sistema de cobranza, paraderos, personal forman parte de un sistema superior. Se trata de modernizar de manera acelerada el sistema de transporte, construir las vías claves como la Carretera Central y resolver los problemas del tránsito. No hay que inventar el agua tibia. Las grandes ciudades del mundo cuentan con sistemas de transporte masivo, rápido, seguro, eficiente, de alta calidad y belleza urbana.

El segundo gran desafío es la regeneración urbana. Lima cuenta con grandes centros urbanos: Lima Sur, Norte, Centro, Este y San Juan de Lurigancho que es una realidad aparte por su población y la extensión de su territorio. Estos grandes espacios urbanos requieren alta coordinación y centralización. Los distritos hoy actúan de espaldas unos de otros sin entender que son una unidad urbana que requiere proyectos conjuntos, servicios, infraestructura, vías e integración que les permita multiplicar sinergias. Es un imperativo crear altos niveles de coordinación, planeamiento y planificación del desarrollo urbano y de las actividades económicas, sociales, culturales, educativas, de seguridad, servicios, etc.

El tercer gran desafío es el agua, tanto el servicio del que carece más de un millón de personas como su carencia futura por el calentamiento global. Asumir una responsabilidad sobre SEDAPAL y establecer políticas, programas, estrategias y acciones para la recuperación del Rímac, Lurín y Chillón que se encuentran totalmente contaminados, aceptando que Lima no puede seguir perdiendo espacios verdes y es urgente establecer una nueva relación con el medio ambiente evitando una futura catástrofe ambiental. Uno de los temas clave es el de la concesión de este servicio que es de muy baja calidad en Lima y en todo el país.

En cuarto lugar, la lucha por ganar inversiones, generar riqueza, atraer empresas y puestos de trabajo. A Lima se incorporan 150 MIL nuevas personas al año. Eso implica, además de los servicios, crear las condiciones para las inversiones en el ámbito industrial, comercial y de servicios. ¿Cuáles son los espacios urbanos para este crecimiento? ¿Cuáles son las reformas que se realizarán para disminuir los obstáculos a los emprendedores? ¿Cómo Lima generará nuevos puestos de trabajo para los miles de jóvenes?

En quinto lugar, Lima tiene dos grandes riquezas: el Centro Histórico y la cultura milenaria que además de fortalecer la identidad y el orgullo, es un capital capaz de atraer a millones de turistas si es que esas riquezas son recuperadas, integradas y transformadas en modernos circuitos culturales-turísticos. El otro gran desafío es la Costa Verde que ha sido vista desde una ideología del fracaso y no con una visión moderna dispuesta a integrar las grandes inversiones privadas y públicas que financien este amplísimo espacio que abarca desde Pucusana en el sur hasta Ancón en el Norte. ¿Cuánta inversión y puestos de trabajo se pueden crear con un Plan Maestro de la Costa Verde que integre Lima-Callao con una mirada global y estratégica? Considerar que Lima está creciendo e incorporando a Cañete en el Sur y a Chancay y Huaral en el Norte. Esta será la nueva realidad de Lima en los próximos cercanos veinte años.

Lima y Callao son una sola gran megalópolis conurbada. Se requiere coordinación, unidad, planes conjuntos para todo: Transporte, tránsito, vialidad; seguridad, Costa Verde, seguridad, vivienda, servicios, industria, cultura, arte, recuperación de los centros históricos, regeneración urbana y un largo etcétera. Lima y Callao tienen que proyectarse unidas al futuro. Actuar de espaldas es un anacronismo que frena el progreso.

Finalmente, es preciso establecer dos grandes soluciones a problemas graves: la seguridad ciudadana que requiere liderazgo, coordinación y acciones entre las autoridades Locales y el Gobierno Nacional en el que la PNP tiene la voz cantante. Y, el otro gran problema es el del financiamiento. Lima necesita 50 mil millones de dólares para ponerse a la altura del progreso real. Inversiones en infraestructura, equipamiento, transporte, tránsito, vialidad, recuperación de los valles, energía, lucha contra la pobreza, salud, seguridad, etc. Eso implica ingresos, alianzas pública-privadas, concesiones, reforma económica y modernización financiera, económica, administrativa y gerencial. El presupuesto de Lima de 1800 millones de soles anuales, suma ridícula para una ciudad que con el Callao está en 10 millones de habitantes.

Gestionar recursos, actuar con transparencia, firmar acuerdos y hacer frente a los retos inmediatos: Panamericanos del 2019 y la Ciudad del Bicentenario implica cambiar la manera de hacer política, actuar con manos limpias y con rapidez, calidad, eficiencia y resultados. Es posible con liderazgo, concertación, visión de futuro y gerencia estratégica.